domingo, 4 de diciembre de 2011





Entrevista exclusiva con Dios:


“Viviste…y ahora, no temas, no has muerto y no estás solo”


Emprender esta tarea, confieso, no fue nada sencillo. Durante toda mi existencia, no muy larga por cierto, estuve tentado a conseguir una entrevista con Dios, mientras, al mismo tiempo, me iba encontrando personas que me decían que hablar con Dios era mera cuestión de trámites, pues Él siempre está a mi lado. Y es cierto, pero no sólo quería sentirlo a mi lado, no sólo quería que me oyera, sino que por primera vez quería que me respondiera. Y hoy, al fin aceptó concederme una entrevista. No puedo negar que sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo y mi alma, no había necesitado morir, y ni siquiera haber sido el hombre más bondadoso y bueno del mundo, mucho menos un santo para poder verlo y expresarle las inquietudes y las interrogantes, que no son propias, sino de millones de personas.
Esperé de pie en una modesta sala, sólo dos sillas de madera y una pequeña mesa al centro, sobre la cual había dos vasos de cristal llenos de agua pura y cristalina. Una luz artificial, nada celestial, alumbraba el lugar. De pronto, sin música de entrada, sin coros gregorianos, entró Dios al set de la entrevista. Un hombre de cabello largo, de barba y bigotes que eran una misma cosa, pero no cabello cano, no. Cubierto por una túnica azul claro…sin más. Lo que más me impresionó fue su mirada, era exactamente la mirada de un padre, la mirada de una madre enternecida, una mirada llena de regocijo, no por verme, sino por que yo lo estuviera viendo. Impávido, me mantuve unos segundos, hasta que al fin, me salieron las palabras. Le pedí la bendición sin reverencia alguna y lo convidé a sentarse. Reproduzco entonces para todos mis lectores una entrevista exclusiva con Dios.

-Quisiera, en primer lugar, Señor, agradecerle en nombres de todos los seres de buena voluntad y en el mío propio, el honor de concederme unos minutos de su valioso tiempo, para esta entrevista…y permítame reconocer frente a Usted la inmensa emoción de verlo por primera vez
-Dios: No hijo, no tienes porqué agradecerme que esté aquí, pues siempre he estado. Sé que son muchos quienes reniegan de mi existencia por no verme, que por cierto no es tu caso…pero me pareció oportuno acercarme de esta novedosa manera, tal vez porque es una hermosa forma manifestarme tal cual soy.
-Hace algunos años surgió una polémica en relación al sexo de Dios, incluso apareció una publicación, un libro titulado Dios es Mujer, sin querer ofender con esta pregunta…
Pero Dios no espero la pregunta como tal. Se sonrió. Se paró suavemente de la silla y, frente a mis ojos, se hizo mujer, se diluyó luego para convertirse en agua derramada en el piso…y de allí se hizo planta y flor, luego de aquella planta apareció, como por arte de magia, un ave multicolor, de cuyas alas fueron apareciendo mariposas y éstas caían hecha piedra, de pronto no había más nada que brisa en el set. Obvia respuesta que me dejó sin aliento. Volvió a aparecer hombre y se sentó de nuevo.

-Señor, ¿qué hay de cierto en todo aquello que se ha dicho sobre la obligación de creer en Usted para tener vida eterna…o ganarse el Reino de Dios?
-Dios: Nada. Para mí siempre ha sido más importante y valioso creer en ustedes que ustedes en mí. ¿Cómo puedo yo, después de haber creado semejante belleza, semejantes seres, pedir que crean en mí para poder obtener algo a cambio? No. Nunca. Sin embargo la fe de creer, la bondad por creer, la humildad de sentir en el alma un profundo amor por lo sublime, hace del ser humano un elemento preciado por mí, mas no lo único preciado que tengo. No me está dado hacer distinción alguna. El Reino de Dios es en esencia, un plano espiritual, una sensación be bienestar, ciertamente eterno y no terrenal.
-Dicen…”Dios aprieta pero no ahorca”…mi Señor, Usted ¿qué hace en verdad?
-Dios: Muchas personas creen que todo lo que sucede proviene de mí. Quisiera aclarar que no es exactamente así. No aprieto, no ahorco, no produzco castigo. En verdad, no sé hacerlo. Trato en lo posible de llegar a lo más profundo de cada ser para que entienda que en la medida que más se encuentre lleno de caridad y bondad, de respeto hacia sí mismo, de amor puro por todo aquello que le rodea, aprenderá a vivir en una paz que sólo le puede permitir ser feliz, independientemente de lo malo que le pueda venir. Trato de ser paz y alegría dentro de cada quien…y cuando la tristeza y el dolor aparecen, trato de convertirme en fuerza y ánimo en cada quien.
-Entonces ¿qué significa Todopoderoso?
-Dios: Crear el Universo, por ejemplo. Sin ser arrogante hijo mío. Cuando veas una estrella titilar, o veas el mar estremecerse…y el sol brillar, cuando veas el vuelo de un águila, o cuando veas moverse a una serpiente, más aún cuando veas nacer a un ser humano y veas la sonrisa de un niño o el llanto de una anciana madre, entenderás el significado exacto del Todopoderoso. Cada cosa que ocurre por más sencilla que sea es un maravilloso acto de vida. Y hecho está todo para ser contemplado.
-Mi Señor, ¿alguna vez te has arrepentido de haber creado algo? ¿Has sentido dolor por tanta infamia, por la blasfemia, por lo que el humano destruye, por sus actos de odio o de poca fe, por los crímenes horrendos, por las guerras en tu nombre?
-Dios: He llorado, pero nunca me he arrepentido de haber hecho algo, mucho menos lo creado con amor. He entendido al hombre y me está dado perdonarlo una y otra vez. Eso sí, deseando que me encuentre y hablemos con franqueza para que evite volver a pecar. Al final del día, a pesar de todo, cada hombre, cada mujer, se reconcilia con la vida. Pero os digo, cuando he llorado, he llorado con vosotros. Nunca solo.
-¿Fue Jesús su hijo predilecto?
-Dios: Repito hijo mío, no hago distinciones. Jesús entendió su momento histórico, se enfrentó a una época difícil y venció con amor todo su dolor. Pero no fue el único. Al mismo tiempo, en otros lugares del mundo, existían seres que me adoraban de otra manera, me adoraban como Sol, me adoraban como lluvia. Convencidos de mi existencia sacrificaban para mí niños y niñas, hombres y mujeres, animales y plantas. Esos seres experimentaron un dolor mayor que el de Jesús. Y todos por igual, son mis hijos…los que sacrificaban y los sacrificados, los profetas y los no profetas, los falsos profetas también, los pobres, los ricos. Y a cada uno he dado el mismo amor y la misma enseñanza, porque sé por qué hacen lo que hacen…y busco afanosamente que los malos cedan espacio en su corazón.
-Sin embargo Jesús dijo en un momento dado, mientras colgaba en la cruz…”Señor, ¿por qué me has abandonado?”
-Dios: Tenía que decirlo, era el preciso momento. Pero Yo estaba allí, con él y con los otros. Jesús, sin duda es el hijo que más ha crecido, pero crecido entre vosotros, Jesús es la expresión del alma pura y entregada.
-Señor…en esa hipotética entrada al Cielo, muchas personas han pensado que decirle cuando lo vean. Pero Usted, ¿qué nos diría al vernos?
-Dios: Diría…te he visto nacer, te rodeé de seres hermosos, tu familia, te ofrecí padres, hermanos e hijos, te dí árboles y frutos, te hice acompañar de animales para tu sustento, para tu compañía…hice correr los ríos por tus praderas, te dí sol y lluvia, te iluminé las noches con estrellas…te mostré el camino del amor, de la amistad, de la caridad y el de la entrega, y, aunque alguna vez fallaste, te perdoné y te dí más amor para llenar tu alma de paz. Viviste…y ahora, no temas, no has muerto y no estás solo…dame un abrazo…hijo mío.
-Señor, mi Dios, que estas lágrimas que brotan de mí sean la forma líquida de darle emocionado y conmovido, las gracias por estar aquí antes, ahora y siempre entre nosotros.
-Dios: Amén.

Entonces, Dios se hizo luz y poco a poco se fue acercando hasta mí, hasta adentrarse en mi cuerpo. A diferencia de otros entrevistados, no se había despedido, estaba llegando. Supe que la entrevista iba a continuar…pero en privado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario